La entrenadora de la selección femenina de fútbol dice que no hay que masculinizarse para liderar; echa de menos estar corriendo detrás de la pelota y aunque se siente honrada con la comparación que hacen de ella con Bielsa, dice que eso es una ofensa para él.
Jueves 13 de Noviembre de 2008María José Errazuriz L.
Fotos, Héctor Yáñez.
Describe con precisión de espía a sus rivales; sabe casi de memoria todos los movimientos y jugadas cuando se le pregunta por el equipo que enfrentarán en la inauguración del Mundial Femenino Sub 20 la próxima semana, Inglaterra, y detalla la estrategia y valor de cada una de esas jugadoras sin dejo de duda.
Así es Marta Tejedor, la entrenadora española de la selección chilena que buscará obtener un lugar destacado en la cita que se inicia el 19 en Coquimbo y que ha generado una suerte de fanatismo en torno a las “Rojitas”.
Menuda, próxima a cumplir 40, nació en Madrid, pero creció en Las Palmas, de la Gran Canaria. Desde pequeña corrió tras una pelota, alentada por sus padres y hermanos y no dudó en irse a Estados Unidos cuando se le presentó la oportunidad de incorporarse a un equipo más profesional.
A Chile llegó a mediados del año pasado entusiasmada por el proyecto que la ANFP le presentó, entidad que consideró su título en educación física y entrenadora oficial, graduada con una de las máximas puntuaciones de su generación.
Hoy, está concentrada física y mentalmente en el desafío mundialista y dedica casi todas las horas del día a preparar al grupo de chilenas que buscará hacer historia. Al frente de los entrenamientos, en Quilín, se la ve exigente y organizada, jamás dispuesta a perder un minuto de los disponibles para estar a punto.
-Cae de cajón la primera pregunta, ¿el entrenador de un equipo de fútbol femenino debe ser mujer?
“Creo que no, creo que el entrenador de un equipo de mujeres tiene que ser bueno. Si es mujer, aportará ciertas cosas, y si es hombre, aportará otras. Ahora, siempre digo que un equipo de fútbol femenino tiene que tener referentes masculinos también en su cuerpo técnico, ya sea, el entrenador, el preparador físico o el utilero. No creo que sea sano tantas mujeres mezcladas (se larga a reír); creo que hay que ponerle el equilibrio al grupo”.
-Retrocediendo, llevas casi más de un año acá, ¿cómo ha sido la experiencia de vivir en Chile?
“Para mí muy bonita, lo que pasa es que el proyecto que lidero siento que es muy querido aquí. Es bien tratado por la prensa, por la gente, a mí me reconocen en la calle y me dicen mucha suerte, que bueno el trabajo que están haciendo, me gusta como juegan las niñas, entonces yo siento muchísimo apoyo y eso ha hecho que mi vida sea muy grata porque me siento querida; si necesito algo, me ayudan… no tengo ningún pero, mi experiencia en este país es muy gratificante”.
-¿Por qué optar por un país que no tiene muchos lustros que mostrar en términos deportivos?
“Porque tiene muchas ganas de hacer; no creo que haya otro país en el mundo donde el motor del fútbol femenino esté dando vueltas tan rápido como aquí. La gente está encantada, cree en esto, trabaja por esto, se hacen cosas, te acompañan y van a los estadios y se llenan de gente que quiere ver fútbol femenino. En España llevamos mucho más tiempo con el fútbol femenino, pero no hay ese apoyo, la gente no está entusiasmada”.
-Pero acá tiene todavía carácter de amateur.
“Sí, está recién empezando, pero creo que es cuestión de querer y en este país siento que se quieren hacer cosas”.
-Has conocido algo nuestra idiosincracia, ¿crees que el fútbol femenino ha logrado romper barreras, sobre todo el prejuicio machista?
“Creo que mucho, lo que no quiere decir que todo. Creo que en este país se dan una serie de condiciones, una de ellas muy importante que es que ya tienen una Presidenta mujer que marca otras referencias, que hace que una niña pueda decir que quiere ser jefa de gobierno o futbolista, por qué no. Les estamos mostrando modelos y hay otros países donde esas puertas no se han abierto todavía. Hay algo en la sociedad chilena que está cambiando”.
-¿El deporte en Chile no es algo que se incentive mucho, menos en recursos, te habrás dado cuenta?
“Sí, es verdad, pero a mí me ha tocado en suerte caer en este proyecto que está avalado por la Fifa y tiene muchos medios, entonces hay que aprovecharlo”.
-Te queda una semana para el estreno. ¿Ser sede o ser mujer, qué ha significado más presión?
“Ser sede; ser mujer no tiene tanta presión, todo lo contrario. Quizás como la sociedad es todavía un poco machista, al ser mujer te conceden cierto margen, como son niñitas y no te exigen tanto como lo harían con una Sub 20 masculina que jugara un mundial en casa, allí estaríamos hablando de ser campeones. En femenino, como saben que estamos empezando, que llevamos poco tiempo, no nos han presionado tanto”.
-Algunos ven tu tarea como titánica, tratar de armar un equipo de la nada. ¿Lo has percibido así?
“Un poco sí, siempre ha habido poco tiempo e íbamos a contra reloj, hemos entrenado un volumen de horas bestial, por muchas semanas y meses, 7 horas al día, de lunes a viernes. Ha sido titánico por falta de tiempo”.
-¿Y por falta de recursos humanos?
“Claro, no había tanto donde elegir y de lo que hay las tienes que convertir en una elite. Y no eran elite, eran muy amateur cuando yo llegué. Sí, en verdad, ha sido complicado (se larga a reír de nuevo)”.
-Tu vida ha estado ligada al fútbol, aún así, ¿puedes reconocer que éste tiene algo negativo para las mujeres?
“El fútbol en sí mismo no, lo que pasa es que hay muchísimos estereotipos y patrones sociales que son bien artificiales, inventados por el ser humano. Más que el fútbol sea negativo para las mujeres es que hay gente que pinta al fútbol así”.
-Te has entregado por entero a esto, ¿nunca has pensado en cambiar de giro?
(Se le ilumina la cara) “Es que a mí me apasiona esto, muchas veces doy gracias a Dios por la pasión que siento por el fútbol, me encanta, lo vivo y lo disfruto”.
-¿Qué hace que estés hoy en la banca y no en círculo central?
“La edad, si yo tuviera 20 años estaría corriendo detrás de una pelota. A mí me encantaría poderme cambiar por cualquiera de estas niñas y ser protagonista de estos juegos, lo cambiaría a ciegas por mi papel de entrenadora”.
-Hace pocos días entregaste la nómina y algunas quedaron en el camino. ¿Cómo se toma esa decisión, con la razón o parte de corazón?
“No, se tiene que tomar con la razón, el corazón aquí se tiene que quedar al margen. Cuando tomo decisiones, intento mirar a las niñas en forma casi deshumanizada, de hecho, hice fichas de cada una con virtudes y defectos para resolver. Con esas cartas decidí el conjunto, no habían caras, ni familias, ni historias detrás. Hay que ser sumamente objetiva”.
-¿No sientes que para rendir tienes que abandonar características que se le atribuyen a la mujer como que es más afectiva, sensible, que mira el proceso y no la meta?
“Creo que la mujer le da al deporte su carácter. Uno ve tenis femenino y masculino y el primero tiene un toque propio de las características de la mujer; ella pone en el fútbol lo que es como mujer, no hay que dejarlo en el margen, en el camino”.
-¿Y para liderar, has tenido que masculinizarte algo?
“No, creo que la mujer puede ser futbolista y femenina y la entrenadora puede ser exigente, líder, autoritaria en determinados momentos, pero también sensible y directa. No creo que tenga que tener características amachadas”.
-Hace algunos meses Bielsa te alabó, ¿eso qué significó, te dejó la vara más alta, generó más expectativas?
“A mí me gustó, porque lo sentí como apoyo a lo que estamos haciendo. De hecho, creo que el fútbol femenino está recién rompiendo barreras y está abriéndose camino, el que una serie de referentes lo apoyen, hace que mucha gente lo mire de otra manera y esté dispuesta a integrarse. Si alguien como Bielsa, que tiene tanta credibilidad, habla bien de nosotros es un aval, un piropo grande.
“No me genera más presión, él habló de que estamos trabajando duro y es así como lo estamos haciendo”.
-Algunos dicen que tienes algo del “loco”, que eres estudiosa...
(Se ríe) “En ese sentido sí, soy muy metódica, me gusta estudiar mucho al rival. Creo que el fútbol tiene un componente de azar, pero hay que minimizarlo, no se puede dejar todo el partido a ver qué pasa; hay muchas cosas, que si eres buen observador, las puedes controlar. Pero en cualquier caso, cualquier tipo de comparación es una ofensa para él, él está muchísimo más arriba que yo”.
-A una semana, ¿cuáles son tus expectativas?
“Salir satisfecha, no tengo una expectativa en número como ser tercera o cuarta, sino que termine el Mundial y quede satisfecha con lo que vi, con el trabajo, con como se plasmó en rendimiento”.
-Y después de esto, ¿partes o tu proyecto es quedarte?
“Tengo contrato hasta el 31 de enero y quiero ver. Me gustaría quedarme si se dan las condiciones óptimas para seguir trabajando, pero igual me gustaría esperar a ver si hay otros proyectos. No me gusta cerrarme puertas.
“Me gustaría ver qué pasa con el Mundial porque soy muy consciente de que el fútbol es resultadista y uno puede trabajar bien, pero al final, lo que cuenta, por lo que te van a medir, son los resultados. Quiero esperar cuáles son”.
-¿Llegar a ligas mayores?
“Esta es una liga mayor en sí misma. La ANFP va a seguir apostando por el fútbol femenino y el siguiente proyecto es meterse en un mundial adulto o los Juegos Olímpicos y para mí, esos son proyectos preciosos que entran dentro de mis aspiraciones, pero habría que concretar muchas cosas”.
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